4. El PUDOR protege a los niños de la PORNOGRAFÍA
«¡El pudor también se aprende!»
El pudor puede manifestarse a partir de los 3-4 años y debe ser fomentado para que los niños aprendan a respetar su cuerpo y el del otro y a construir una personalidad con vida interior y con capacidad de amar... Veamos los beneficios ligados al aprendizaje del pudor.
El aprendizaje del pudor, en este mundo invadido por imágenes eróticas, es clave en la educación de los niños. Béatrice Bergeras, casada y madre de siete hijos, formada en acompañamiento de adolescentes, titular de un máster del Instituto Juan Pablo II en Roma y fundadora de la asociación «Aimer, ça s’apprend”* (A amar se aprende), explica a Aleteia de qué modo el pudor, enseñado desde la más temprana edad, participa de la construcción de la persona y la hace capaz de entregarse más adelante a un amor verdadero.
Aleteia: ¿Cómo define usted el pudor?
Béatrice Bergeras: “El pudor es la verdad natural que esconde a la curiosidad lo que pertenece a la intimidad de la persona”, escribió el abad Guy Pagès. Todas las palabras son importantes.
Cuando me dirijo a los pequeños, les digo que el pudor es natural, que pertenece a nuestra naturaleza de hombre o de mujer, sin hablar necesariamente de virtud, sino más bien de hábito, y que ¡el pudor se aprende!
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